En abril de 1905, S.M. de Rey D. Alfonso XIII se encontraba de visita por el Levante español. El jueves días 13 tocaba visita a Sagunto y Castellón. Desde la estación de tren de Bétera, el Rey emprendió en automóvil viaje hasta el Sanatorio de Porta-Coeli. De vuelta de nuevo a Bétera, la comitiva se vio sorprendida por un automóvil que se permitía el lujo de adelantarles con gran facilidad. Dicho automóvil era un Hispano-Suiza 20HP, a cuyos mandos se encontraba Paco Abadal.
Probablemente conocedor del trayecto de la comitiva, Abadal, que sin duda era un lince para los negocios, decidió que resultaría maniobra de gran efectividad presentarse allí con el Hispano-Suiza. Y efectivamente, llegado a Bétera, D. Alfonso se mostró interesado en el automóvil, preguntando a Abadal acerca de su procedencia y características.
La comitiva prosiguió viaje en tren hasta Sagunto, donde de nuevo la comitiva procedió a subir en automóvil al castillo de dicha localidad. ¿Y a quién se encontraron allí? Por supuesto, a Abadal en el Hispano-Suiza. Había realizado el viaje hasta Sagunto y subido las cuestas del castillo sin el menor problema. De nuevo S.M. departió con Abadal acerca del vehículo.
Dos meses más tarde, en junio, La Hispano-Suiza celebraba su primer aniversario. Para ello, una comitiva de automovilistas se dirigieron a realizar una excusión hasta Olesa de Montserrat, localidad donde celebraron un banquete. A su finalización, se decidió enviar un telegrama a S.M. el Rey, para que no olvidara de aquella marca española que había conocido en tierras levantinas:
Mayordomía mayor
Palacio Real Madrid
Gran número de automovilistas Barceloneses reunidos para celebrar el 1er. aniversario de la fundación de la sociedad Hispano – Suiza constructora de auto móviles elevan á V. M. respetuoso saludo. Presidente de la Sociedad. —Damián Mateu. Decano automovilista.—Luis Bosch.
A finales de 1905, Paco Abadal da un paso más. Esta vez el definitivo. Se desplaza hasta Madrid al volante de un modelo 20-24HP, y lo ofrece a Su Majestad para que lo pruebe. Según la prensa, Alfonso XIII probó el automóvil, acompañado por el infante D. Carlos, en la carretera del Pardo. Y contento con la prueba, encarga a Abadal un ejemplar del modelo de la Hispano-Suiza, el primero de la decena que acabará conduciendo a lo largo de los siguientes años.
La Hispano-Suiza comienza a construir el automóvil encargado por el Rey, que quedará identificado con el chasis nº 50. La carrocería es encargada al constructor Francisco Vidal. El automóvil finalizado, con la carrocería landaulet de Vidal, es expuesto en los locales del AutoGaraje Abadal en el mes de septiembre. Finalmente, en el mes de octubre, será entregado en Palacio Real.
Paralelamente, el 31 de mayo de 1906 se celebraría la boda de S.M. Alfonso XIII con la princesa Victoria Eugenia de Battenberg. Con dicho motivo, el Real Automóvil Club de España celebra el lunes 28 de mayo una fiesta automovilista en honor de los contrayentes, a la que acuden conductores con sus vehículos de Madrid y alrededores, a los que se unieron una caravana procedente de Barcelona compuesta por 14 automóviles, entre los que se encontraba, como no, Francisco Abadal, a los mandos de un Hispano-Suiza 20HP.
La caravana se concentró en la Castellana, para ir hasta el Palacio del Pardo. Los vehículos estaban organizados en grupos, con los menos potentes al frente. Iban engalanados con banderas de España y Gran Bretaña, así como con flores. Por supuesto, Alfonso XIII acudió, con el Panhard 50HP, uniéndose a la caravana a la altura de la Plaza de Oriente. Llegados al Pardo, los coches estacionaron y en el interior del Palacio, el RACE le concedió las insignias del Club a la princesa Victoria Eugenia.
Más información:
- Primer capítulo: Automóviles reales en España. S.M. la Reina María Cristina
- Segundo capítulo: Automóviles reales en España. El joven Rey Alfonso XIII